martes, 15 de julio de 2008

Arena

Los paganos admitían la existencia de divinidades toscas,imperfectas,chapuceras. Los dioses no solo estaban sujetos a toda clase de vaivenes éticos sino que también cometían numerosos errores en el ejercicio de su profesion: creaban universos endebles, se dejaban engañar por los humanos,desconocian del futuro, fallaban en sus calculos.
Las grandes religiones monoteistas acuñaron la idea de la infalibilidad divina, de un poder sin grietas.
No es nuestro proposito ejercitarnos ociosamente en la logica para entretenernos con esas paradojas que tanto divierten a los glandules agnosticos. Ahorraremos al lector la modesta perpejibilidad de pensar si Dios es capaz de crear un objeto tan pesado que el mismo no pueda levantar.
Sin embargo, la historia de la arena comienza con una distraccion de un Dios omnipotente.
Las tradiciones islamicas dicen que, habiendo finalizado la creacion, el Señor advirtio que faltaba arena. Grave defecto, si bien se mira. Los hombres estarian privados de la deliciosa voluptuosidad que sienten al caminar junto a los mares. El fondo de los rios seria siempre rispido, los arquitectos carecerian de un material indispensable,los caminos no podrian suavizarse, las huellas de los enamorados serian invisibles.
Dispuesto a remediar su olvido, Dios envio al arcangel Gabriel con una enorme bolsa de arena a que la desparramara alli donde fuera necesario. Pero el Enemigo trabaja siempre para estropear la obra divina.
Mientras Gabriel volaba con su carga inconcebible, El Diablo le agujereo la bolsa. Esto sucedio exactamente sobre la region que hoy es Arabia. Casi toda la arena se volco en ese lugar, de modo tal que las nueve decimas partes del pais quedaron convertidas para siempre en un desierto.
Advertido de esta catastrofe, Dios resolvio ofrecer a los arabes algunos dones compensatorios.
Les dio un cielo llenos de estrellas cono no hay otro, para que miraran siempre hacia lo alto.
Les dio el turbante, que bajo el sol del desierto es mucho mas valioso que una corona.
Les dio la tienda, que es mejor que un palacio.
Les dio la espada. Les dio el camello. Les dio el caballo
Y les dio algo mas precioso que todas las otras cosas juntas: la palabra, el oro de los arabes.
Otros pueblos modelan en la piedra o los metales. Los arabes modelan en el verbo.
El poeta es sacerdote, juez, medico, jefe. El poeta es poderoso: puede traer alegria, tristeza, encono. Puede desencadenar la venganza y la guerra. Puede matar con la palabra.
Los errores de Dios, como los de los grandes artistas, como los de los verdaderos enamorados, desencadenan tantas reparaciones felices que cabe desearlos.


Alejandro Dolina.

2 comentarios:

u s a, no U.S.A dijo...

Su hermana matilde tiene un cuento parecido, posteelo pero sepa resguardar el derecho de autor.
un abrazo

Aurelia Di dijo...

No me acordaba de este cuento. Muito bonito. Besos gurí